La judía común o fríjol (Phaseolus vulgaris L.) es la leguminosa
alimentaria más importante en los trópicos. Se cultiva generalmente por
pequeños agricultores y está sometida a condiciones que limitan su
rendimiento. La sequía afecta al 60% de las áreas cultivadas con fríjol
en el mundo y puede causar pérdidas en la producción desde un 10% hasta
incluso el 100% de la plantación en algunos casos.
Investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), en España, y del Programa de Fríjol del Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) en Colombia han identificado los genotipos resistentes a la sequía y las características morfofisiológicas relacionadas con esta resistencia. Los experimentos se llevaron a cabo en Palmira, Colombia, entre junio y septiembre de 2012 y 2013, y han sido publicados ahora en la revista Frontiers in Plant Science.
“Los experimentos han demostrado que no existe una característica morfofisiológica dominante, sino que es la combinación estratégica de varias características lo que confiere la resistencia a la sequía de determinadas variedades de fríjoles”, dice José Arnulfo Polania, investigador del Laboratorio de Fisiología Vegetal de la UAB y del Centro Internacional de Agricultura Tropical.
“Nosotros hemos determinado cuáles són estas características específicas para cada zona, según si los suelos retienen o no la humedad y de si las sequías son intermitentes o contínuas”, añade Polania. El estudio, que ha contado con el apoyo de la Fundación Bill y Melinda Gates (BMGF) y el Programa de investigación de CGIAR en leguminosas de grano, ha determinado esa combinación estratégica de características, clave del éxito en la mejora genética para la resistencia a la sequía.
Tras evaluar 36 líneas avanzadas de fríjol, obtenidas a partir de cruces entre diferentes variedades, y con base en resultados de diferentes parámetros relacionados con uso del agua, crecimiento y producción, se clasificaron las líneas de fríjol resistentes a la sequía en dos grupos: 'ahorradores' y 'gastadores' de agua.
Investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), en España, y del Programa de Fríjol del Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) en Colombia han identificado los genotipos resistentes a la sequía y las características morfofisiológicas relacionadas con esta resistencia. Los experimentos se llevaron a cabo en Palmira, Colombia, entre junio y septiembre de 2012 y 2013, y han sido publicados ahora en la revista Frontiers in Plant Science.
“Los experimentos han demostrado que no existe una característica morfofisiológica dominante, sino que es la combinación estratégica de varias características lo que confiere la resistencia a la sequía de determinadas variedades de fríjoles”, dice José Arnulfo Polania, investigador del Laboratorio de Fisiología Vegetal de la UAB y del Centro Internacional de Agricultura Tropical.
“Nosotros hemos determinado cuáles són estas características específicas para cada zona, según si los suelos retienen o no la humedad y de si las sequías son intermitentes o contínuas”, añade Polania. El estudio, que ha contado con el apoyo de la Fundación Bill y Melinda Gates (BMGF) y el Programa de investigación de CGIAR en leguminosas de grano, ha determinado esa combinación estratégica de características, clave del éxito en la mejora genética para la resistencia a la sequía.
Tras evaluar 36 líneas avanzadas de fríjol, obtenidas a partir de cruces entre diferentes variedades, y con base en resultados de diferentes parámetros relacionados con uso del agua, crecimiento y producción, se clasificaron las líneas de fríjol resistentes a la sequía en dos grupos: 'ahorradores' y 'gastadores' de agua.
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